Los mejores lugares costeros para comer ostras

En el corazón de Trouville-sur-Mer y de su mítico mercado de pescados, la pescadería Pillet-Saiter satisface a los finos paladares desde hace seis generaciones. Con pescados frescos que llegan directos del barco y mariscos y crustáceos de excepción, el puesto se ha convertido en una institución del lugar. Carmen me dijo «¿Pedimos las famosas ostras de Asnelles?» Las probamos y no nos arrepentimos. ¡Estaban riquísimas!

Además de su actividad de ostricultores y de la venta directa, Marie y Arthur han diversificado su actividad ofreciendo una degustación en plato, en un lugar bonito y de ubicación inmejorable, en la plaza de Agon-Coutainville, frente al mar. ¡Qué bien se estaba! Un momento agradable, idóneo para descubrir las ostras carnosas provenientes de los bancos situados a pocos metros de la terraza. Nos gustó el ambiente animado y ver a los lugareños acercarse para tomar el aire fresco e iodado.

Paul y Chloé han realizado su sueño, abrir un restaurante en Honfleur. Decorado con gusto, este bonito lugar situado a dos pasos del mar ofrece un ambiente refinado y acogedor que te hace sentir como en casa. Preguntamos por la “ostra quemada”. Nos contaron que, en realidad, la ostra no estaba quemada, pero la preparación que realiza el chef sin duda nos sorprendería. «¿Probamos?» preguntó Carmen con una sonrisa. Fue una gran sorpresa, ¡efectivamente! Diferentes, pero ¡buenísimas!

Médalla de oro del concurso general agrícola 2019, la ostra de Asnelles-Meuvailles de Fanny y Charles se vende en su local o en los muelles de Courseulles-sur-Mer. Más auténtico, ¡imposible! Durante las fiestas navideñas, los felices ganadores se dejan ver más por su local y permiten a los amantes de los buenos productos venir a conversar con ellos y a degustar la deliciosa ostra galardonada.

Descubrimos L’abreuvoir por casualidad. Nos encantó su decorada y sus mesas de madera. Esencialmente bar de pescado, L’abreuvoir propone platos elaborados minuciosamente en función de la pesca. Situado en la calle principal, a una centena de metros del mar, este acogedor lugar recibe, a lo largo de todo el día, a los gourmets que desean degustar las ostras de Gérard Gallot, uno de los cuatros ostricultores presentes en la playa de Veules. No paraba de entrar gente y el ambiente era muy alegre. Carmen me decía: «Parece ser el sitio en el que hay que estar en este pueblo».

«El pueblo costero más romántico de Normandía, solo podía tener un bar de ostras rómantico» decía Carmen. Maravillosamente situado en Cabourg, el bar La Perle d’Isigny es ideal para que las parejas enamoradas compartan una degustación de ostras. Producto auténtico, amorosamente criado por la familia Lévêque, las ostras de categoría spécial de Isigny hacen honor a su nombre. A la venta para llevar, podrás también completar tu fuente con langostinos bio, caracoles de mar, y demás bígaros… Calidad y frescura garantizados.