Les Franciscaines: Un espacio cultural inspirador y multidisciplinar

¡Normandía ha superado todas nuestras expectativas! Sus pueblos esconden museos y espacios culturales excepcionales. Nos sorprendió sobre todo Les Franciscaines en Deauville, un espacio único dedicado a la cultura. Museo, mediateca y sala de espectáculos a la vez, este lugar era una cita que no nos podíamos perder. Si eres curioso y amante de la cultura, ¡es un lugar para ti! A cinco minutos de la playa, este lugar es ideal para sumergirse en un mundo de descubrimiento, intercambio y transmisión. 

Entrar en un libro

Con sus grandes puertas abiertas como las páginas de un libro, Les Franciscaines te invita a entrar en el mundo de la cultura. Al atravesar la Gran Galería, llegamos a un espacio lleno de luz: el claustro. Nos cuentan que durante 140 años, una congregación de hermanas franciscanas ocupó este lugar. En los alrededores de su convento, creó un orfanato, un dispensario y una escuela. Deseando adaptarse a un modo de vida más actual, las religiosas dejaron su edificio del siglo XIX que vendieron al pueblo de Deauville en 2011.

Encuentro entre el patrimonio y lo contemporáneo

Bajo el diseño de Alain Moatti, arquitecto encargado, entre otros, del acondicionamiento de la primera planta de la Torre Eiffel y de la Ciudad internacional del encaje y de la moda de Calais, el lugar cerrado y privado se ha convertido en un espacio abierto y público. El encuentro entre la herencia patrimonial y la expresión contemporánea de este lugar cultural innovador llama la atención nada más entrar en el claustro. En este ágora de 400 m2 dedicado a la lectura de los periódicos y revistas disponibles, los muros atravesados de arcadas de ladrillos amarillos y de piedra desvelan las tres plantas del edificio con los lucernarios de las antiguas celdas de las hermanas de antaño que vemos a través del gran ventanal. Por último, y es seguramente la marca identitaria de Les Franciscaines, cae desde el techo de cristal una araña monumental compuesta de 14 285 tubos en policarbonato de tamaños diferentes. Ilusión de una nube que pasa en el cielo normando que tanto apreciaban los pintores impresionistas.

Fusión de los soportes culturales

La audacia de Les Franciscaines está en fusionar los distintos soportes de la cultura: los libros, las obras y lo digital. Siguiendo la « ruleta del conocimiento », largas estanterías onduladas que limitan recorridos y otros espacios más íntimos a través de las plantas, el paseante, sin dejar de estar rodeado de libros, cruza cuadros, fotografías, así como proyecciones, zonas de lectura, de audios o de intercambios. Paso a paso, entra en temas importantes para Deauville: pueblo costero, caballo, espectáculo y cine, juventud, arte de vivir. Cada uno de estos espacios temáticos está ambientado en un color singular y un mobiliario distintos que proporcionan una espíritu único.

Visitante y actor

Paseante y visitante puede también convertirse en actores de este espacio inspirador. Gracias a puestos digitales interactivos, puede explorar las colecciones de películas, de fotografías, de carteles o de postales que definen la identidad de Deauville. De forma lúdica, puede también seleccionar una serie de imágenes y convertirse en el comisario de su exposición imaginaria que será proyectado en todas las pantallas gigantes de Les Franciscaines.

A los más innovadores les interesará el Fablab. El espacio de creación digital abre sus puertas tanto a los niños para participar en talleres como a los que desean dar vida a sus ideas innovadoras.

Para los más jóvenes, la felicidad se sitúa sin lugar a dudas en la ludoteca en la que se encuentran libros pero también juegos y animaciones en un espacio colorido. 

A toda esta oferta se añaden cuatro espacios de exposiciones: el Museo André-Hambourg, dedicado a la obra del pintor; la galería de los Maestros que expone obras excepcionales en el primer nivel del edificio principal, que ofrece unas vistas preciosas del claustro, bordeando las vidrieras de la capilla convertida en sala de espectáculo; la galería fotográfica en la que destacan las creaciones provenientes del festival Planches Contact; la galeria de exposiciones temporales que programa tres temáticas por año.

Por último, el Refectorio copa su gran mesa de intercambio, su carta sencilla y variada concebida por un chef, y la tienda de productos culturales y objetos de origen normando que permiten pasar bonitos momentos. 

Una buena idea de visita en familia, en la que todos pueden evadirse en su universo preferido antes de juntarse con muchas cosas que contar y compartir.