Elaborar su Calvados en el Castillo de Breuil

Acompañado de John, un amigo anticuario con acento « so british », nos fuimos al Castillo de Breuil en el corazón del País de Auge para realizar nuestro propio Calvados.

Miles de manzanas

Antoine, guía permanente en el Castillo de Breuil, nos aconsejó en la tienda del Castillo de Breuil, recientemente renovado. Aprovechó este momento para presentarnos los productos con etiqueta « Château du Breuil »: clásicos, como el Calvados, pero también ginebra, ron o whisky. Este último intrigó a mi compañero británico pero decidimos dejarlo para otra ocasión. Antoine nos contó con pasión la historia de este lugar que fue sucesivamente una hilatura de lino, una quesería, una chocolatería y una sidrería antes de convertirse en una destilería en 1954. Pasamos delante de un gran montón de manzanas. ¡Los volúmenes son impresionantes! Antoine nos comentó que contaban con 22 000 manzanos. Son centenas de miles de manzanas que son cosechadas cada año en los vergeles del País de Auge y transportadas aquí antes de la transformación.

Un doble destilado y mucha paciencia 

El paseo nos acercó hasta los alambiques. Aquí, el maestro bodeguero y sus equipos proceden a un doble destilado que permite descartar las partes menos nobles de alcohol. Después de estas explicaciones técnicas, nos apresuramos para alcanzar el invernadero y la bodega. Pasamos la puerta y vi a John levantar la vista hacia el techo con admiración.  El invernadero situado en uno de los laterales del castillo, nos sorprendió con su carpintería metálica en forma de casco de barco invertido. El Calvados se benefició de condiciones ideales para su envejecimiento. Toneles de roble, una temperatura constante y los intercambios entre la madera y el aire van a sublimar las aromas de este espirituoso.  

¡Conviértete en un maestro bodeguero!

En la primera planta del invernadero, entramos en el universo de la degustación. En las mesas estaban dispuestas las copas para la degustación en las que Antoine sirvió 5 Calvados diferentes, de entre 2 y 15 años. Después de la degustación, hemos elegido varios para ensamblar y crear nuestro propio néctar.  

El silencio se instaló al inicio de la degustación. Con John, observamos los tonos de Calvados entre dorado claro y moreno. Antoine nos dejó algunos instantes para degustar y nos guió en la percepción de diferentes aromas y olores. El frescor, la fuerza y el vigor caracterizan el Calvados joven de 2 años. La potencia, la riqueza y la voluptuosidad son los rasgos de personalidad de los más antiguos Calvados de 15 años. Al acercar la copa hacia la nariz, descubrimos aromas inesperados: manzana, almendra, vainilla o toques de madera o tostados. En boca, cacao, regaliz, o membrillo sorprenden el paladar. Para realizar su ensamblaje, John optó por el Calvados de 15 años con toda su nobleza y por el Calvados de 2 años que aporta la fuerza. Por mi parte, elegí un equilibrio perfecto entre los de 2, 4 y 15 años.

Empezó la última etapa, el embotellamiento. Después de insertar el tapón, nos encargamos de sellarlo gracias a un hilo y un revestimiento de cera rojo. El movimiento de rotación con la mano para sumergir el tapón en la cera no fue tan fácil pero el resultado estuvo a la altura de nuestras esperanzas. Antes de irnos, etiquetamos la botella con nuestros nombres y apellidos. Recibimos también por parte de Antoine, con el orgullo de jóvenes alumnos, nuestro título de maestro ensamblador. Un diploma que exponemos encima de nuestras mesas de despacho.

El abuso del alcohol es peligroso para la salud. Consumir con moderación.

Antoine

Guía en el castillo de Breuil

Después de haber estudiado idiomas y enología en la región del Valle del Loira, Antoine se incorporó al equipo como guía de la Spiriterie y el Castillo de Breuil.
A lo largo de todo el año, guía a los visitantes franceses e internacionales y comparte con pasión su cariño por este lugar y su saber hacer.