Una ruta en 2 CV por el País de Auge

Anacronismo o leyenda, el 2 CV no deja indiferente. ¡A todos nos encanta! Su estilo, su lentitud, su interior ruidoso o su sistema de marchas forman parte de su encanto. Nos hemos dejado bambolear en este descapotable, atravesando los paisajes serenos del País de Auge. 

Nuestro destino: El Domaine de Geffosses 

Justo lo que necesitábamos, ¡un hotel en el campo! Además de ser una de las casas históricas de Gustave Flaubert, el Domaine de Geffosses propone 8 habitaciones con terraza y 3 casas rurales. Elegimos una habitación con vistas al lago y a la pradera en la que pasten burros, cabras y poneys. Tranquilidad garantizada a dos pasos de Pont-l’Evêque. ¡En el jardín, unas bonitas tumbonas  esperan a sus huéspedes!

Familiarizarse con el 2 cv

El día siguiente por la mañana, conocimos a Solenn. Nos dio buenos consejos para conducir un 2 CV. Escuchaba atentamente sus explicaciones pero, tengo que admitir, que otra cosa era sentarme detrás de ese volante que me recordaba al de un tractor… El ruido característico de su motor empezó a rugir. Quedaba acostumbrarse a usar las marchas. ¡Qué risas! Después de probarlo varias veces y de liarme con las marchas, ¡decidimos probar a dar la vuelta a una rotonda que parecía diseñada para ensayar como pilotar este bólido! Los asientos se bamboleaban al menor movimiento y en cada curva, y nos lanzamos por fin por las pequeñas carreteras del País de Auge. 

¡Vamos Al lío!

Pocos minutos bastan para controlar el 2 CV. Descubrimos los paisajes maravillosos del campo a 40 km por hora. Primera parada en Beaumont-en-Auge para comer en el Bistrot de Beaumont. ¡El pueblo es una auténtica postal! Y su bistrot de campo tiene también mucho encanto. El dueño era acogedor, la comida deliciosa y la cuenta con muy buena relación calidad-precio. Disfrutamos de las vistas sobre el mar desde el mirador antes de seguir nuestra ruta hacia Deauville, recorriendo estas pequeñas carreteras campestres. 

El 2 cv, ¡una auténtica estrella de cine!

Como el sol empezaba a calentar, decidimos descapotar el coche. La apertura del techo se hace fácilmente a pesar del sistema antiguo. Nuestro 2 CV nos acercó entonces hasta la playa familiar de Bénerville antes de ir de diva recorriendo el boulevard de la mer en Deauville. Todas las miradas se fijaban en él. ¡Imposible pasar desapercibidos! Decidimos seguir por la parte alta de Trouville para disfrutar de las vistas espectaculares, antes de realizar una parada « refrescante y de tomar una gofre » por el famoso paseo de madera de la playa de Deauville. 

Un recuerdo entrañable para todos

Retomamos nuestra ruta hacia el campo pasando por Le Touques, Bonneville-sur-Touques y Englesqueville-en-Auge, antes de continuar tranquilamente hacia Pont l’Evêque y el pueblo con encanto de Saint-Hymer para descubrir su lavadero, el de la señora Denis, de notoriedad local. Regresamos al hotel antes de irnos a cenar a la Auberge des Dominicaines en Pont l’Evêque.
Fue un paseo precioso. ¡Nos encantó descubrir el País de Auge con nuestro 2 CV. Hasta me sorprende decir “nuestro” 2 CV. Fue una experiencia slow (lenta), bonita, vintage y este coche simpático siempre provoca sonrisas por donde pasa.