Una de las empresas más antiguas de paracaidismo de saltos tándem, Las Abeilles Parachutisme, te propone vivir sensaciones fuertes en el cielo. Yo estaba muy emocionada, con una mezcla de miedo y de entusiasmo. En Le Havre, después de las instrucciones de unos minutos sobre el desarrollo del salto, nos equiparon con un arnés, un traje y unas gafas especiales para saltar. Cuando nos subimos al avión, me quedé sin voz mientras que Diego no paraba de hacer preguntas. ¡Por lo visto expresamos el estrés de distinta manera! Nos acercamos a las nubes, a más de 3300 metros de altitud, y sobrevolamos los lugares más emblemáticos de la región: los acantilados de Etretat, la bahía del Sena, las playas de Deauville-Trouville. ¡Unas vistas increíbles! ¡Qué lugar más bonito! Un instante después, estábamos listos para dar el gran salto. Diego me cogió de la mano y me dijo con una sonrisa: «¡Nos vemos abajo, cariño!» Bajamos en caída libre sobre un entorno majestuoso. ¡Qué sensación de libertad! ¿Será esto lo que siente un pájaro? Era tan hermoso que, cuando me quise dar cuenta, el monitor había activado el paracaídas y ya estábamos aterrizando en un prado verde. Algunos minutos de adrenalina, pero un recuerdo inolvidable de Normandía. Las Abeilles Parachutisme se encargó de todo… ¡Solo tuvimos que disfrutar de las vistas y de las sensaciones!