Paseo en bici por Giverny, el pueblo de Claude Monet

Para disfrutar de nuestra escapada en pareja a Giverny, decidimos hacerlo a nuestro ritmo, sin coche, únicamente en bici o a pie. La visita guiada de Chloé nos permitió sumergirnos en el universo de los pintores impresionistas. ¡ Estábamos listos para descubrir Giverny!

En bici, por el Sena impresionista

El arte fue la temática de esta escapada de 24 h a Giverny, entre descanso y cultura. Estamos en uno de los territorios que reunió a finales del siglo XIX, caballetes, lienzos y artistas del movimiento impresionista. Entre ellos, un tal Claude Monet. Aquí, estos pintores al aire libre encontraron luces cambiantes e inspiradoras. El tiempo cambiante a lo largo del día, proporciona un abanico de luces impresionistas: un toque de niebla para empezar, matices de grises y matices de azules para terminar.

Nos reunimos con Chloé delante de la estación de tren de Vernon-Giverny (más o menos a una hora de tren desde París). Nos montamos en las bicis, pedaleamos tranquilamente, cruzamos el puente que pasa por encima del río Sena para llegar a nuestra primera parada. « Os presento el viejo molino de Vernon », apunta Chloé con el dedo. Esta construcción atípica, construida por encima del río, forma parte de estos lugares que les encantaban pintar a los impresionistas como también, no muy lejos de aquí, la Colegiata Notre-Dame. Pocos kilómetros nos separaban de Giverny, el pueblo tan querido de Claude Monet. Pedaleamos a lo largo de una vía verde, situada en el itinerario La Seine à vélo. Chloé, nos contaba anécdotas (¡te van a encantar!). Nativa de la zona, conoce perfectamente Giverny, sus habitantes, y sus buenas direcciones.

Sobre los pasos de Monet

¡Habíamos llegado a Giverny! Seguimos en bici por la calle principal del pueblo: la calle Claude Monet (¡cómo no!). Varias paradas estaban previstas para que entendiéramos los lazos que unen este pequeño burgo de la provincia de Eure y el movimiento impresionista. Empezamos por la tumba de Monet, luego nos acercamos al Antiguo Hotel Baudy, un establecimiento por el que pasaron Renoir, Rodin, Sisley, Pissarro y Monet. Chloé nos reservó entonces una bonita sorpresa: la visita, en los jardines del actual restaurante del Hotel Baudy, de un antiguo taller de pintura con paredes de color ocre. ¡Una pasada!

Nuestra guía nos explicó: «Monet vivió entre 1883 y 1926 en Giverny: 43 años, o sea la mitad de su vida. Su notoriedad se desarrollará, sobre todo, gracias a la serie de los puentes japoneses y de las ninfeas que pintó aquí». La transición era fácil. Pedaleamos hasta la Fundación Monet. Una vez las bicis estaban guardadas, descubrimos la casa y los dos famosos jardines del que es considerado como el padre fundador del impresionismo. «Vamos a ver el jardín normando y luego el jardín japonés, que Monet creó completamente», nos cuenta Chloé. ¿Nuestro favorito? Es complicado elegir. Los dos jardines son magníficos. Uno, frente a la casa, en el que Monet jugó sobre los caminos y las perspectivas. Y el segundo, situado del otro lado de la antigua vía de ferrocarriles (desde donde los cuadros del pintor salían hacia París para ser vendidos a los felices propietarios). Este jardín de agua mítico está acondicionado alrededor del puente japonés.

Jardín con denominación Jardin Remarquable

«A Monet le gustaban los jardines en distintas estaciones», subrayó Chloé. Como artista, podemos hoy en día disfrutar de varios ambientes en estos jardines, desde la primavera hasta el otoño. «Hay flores que dominan en cada estación», añadió. «Ahora, estamos al final de la temporada de los tulipanes, hay más de 200 variedades. Luego, llegarán los narcisos, las dalias, y por supuesto, los famosos nenúfares». ¡Un precioso abanico de colores! Y es un auténtico reto para los jardineros encargados de la fundación. Decidimos volver al otoño para ver los jardines anaranjados.

Otra parada imprescindible, la casa de las persianas verdes de Claude Monet, cuya decoración nos sumergió en el día a día del pintor. Se estaba acabando el día, pero nuestra experiencia en Giverny no había terminado. Íbamos a pasar la noche en el pueblo, en un encantador hotel de 3 estrellas y restaurante: La Musardière. Un lugar apreciado, entre otras cosas, por su jardín orientado al sur y su cocina bistronómica, local y llena de colores. Aquí dejamos a la simpática Chloé, después de un último golpe de pedal y una última anécdota… Este paréntesis en Giverny continuó hasta el día siguiente por la mañana. ¡Antes de vivir nuevas aventuras por la Normandía de los pintores impresionistas!

Chloé

Guía

Chloé es guía desde 2015. Esta apasionada del teatro te acompañará en bici por Giverny para una visita inolvidable.