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Hace 150 años, Claude Monet estaba lejos de pensar que su lienzo iba a ser el símbolo de un nuevo movimiento artístico. ¡Aventuras y desventuras  de un cuadro icónico! 

Impresión, sol levante, 1872, museo Marmottan Monet en París © SLB Christian Baraja
Impresión, sol naciente, 1872, museo Marmottan Monet en París © SLB Christian Baraja

Míralo bien. ¡Se trata del primer cuadro impresionista! Estando en Le Havre, en noviembre de 1872, a primera hora de la mañana, Monet abre la ventana del hotel L’Amirauté que bordea el Grand Quai y pinta rápidamente, esta obra que marcará un antes y un después en la historia del arte. 

Una cuestión de atmósfera…

Si elige un tema moderno para la época – el puerto y su actividad industrial – serán sobre todo la luz, los reflejos en la superficie del agua y este ambiente vaporoso alrededor del sol lo que interesa a Monet. Yuxtaposición de los colores con toques de azul y naranja que ofrecen un aspecto inacabado y ligeramente borroso al cuadro, lejos de la pintura académica de la época. En realidad,  Monet capta en su lienzo sus sensaciones del momento.

¡Ironía de la historia!

En 1874, Monet presenta su lienzo en París, en la primera exposición de la Sociedad anónima cooperativa, con amigos artistas como Eugène Boudin, Edgar Degas o Berthe Morisot que no encuentran espacio en los Salones oficiales. Las críticas no tienen piedad. El crítico de arte Louis Leroy escribe: « El papel de pared en estado embrionario está más acabado que esta escena marinera », añadiendo con ironía: « puesto que estoy impresionado, ¡debe haber algo de impresión en él! » ¡Así fue cómo el lienzo dio su nombre al movimiento impresionista!

De mano en mano

La obra, que no interesa a los críticos de la época, es comprada por 800 francos (unos 3 000 €) por un amigo de Monet, el coleccionista Ernest Hoschedé, un gran industrial visionario apasionado del arte. En 1878, arruinado, lo vende a Georges de Bellio, uno de los primeros aficionados de la pintura impresionista, ¡por tan solo 210 francos (unos 800 €)! A su muerte, su hija Victorine y su marido Ernest Donop de Monchy lo heredaron. Lo donaron al museo Marmottan Monet, en París, en el que se expondrá por primera vez en 1946. No será hasta los años 50 cuando nacerá la fama del lienzo.

el robo de impresión sol naciente

El 27 de octubre de 1985, ladrones entran en el museo Marmottan Monet, en pleno día. Apuntan al público y los guardias y roban nueve cuadros uno de los cuales es Impresión sol naciente. Las investigaciones duran cinco años. Es en Córcega, en Porto-Vecchio, donde encuentran el botín escondido. ¡Los ladrones intentaban negociar la venta de las obras con la mafia japonesa!

El agua y la luz fueron sus terrenos de exploración, Normandía y la región parisina alimentaron su creatividad.

Una paleta vibrante, entre París y Le Havre

Monet siempre volvió a la materia prima de Impresión sol naciente. El agua y la luz fueron sus terrenos de exploración, Normandía y la región parisina alimentaron su creatividad. Se reunía en Honfleur con sus amigos paisajistas en la famosa granja Saint-Siméon en los años 1860 y entendió los matices de la Costa florecida. En París, se acercó al río Sena, como la Grenouillère que pintó al lado de Renoir en 1869. En su barco-taller de Vétheuil, supo captar los reflejos del río a finales de los años 1870. Por último, se instaló en Giverny en 1883 y creó jardines llenos de colores y una casa-taller en la que se puede sentir aún esta efervescencia artística inédita.