Chocolatería Cluizel: maestros artesanos normandos

¡A nuestra familia le encanta el chocolate! Durante nuestro viaje a Normandía descubrimos el Chocolatrium de la fábrica artesanal de chocolate Cluizel. Este espacio dedicado al chocolate es un lugar increíble que es a la vez museo, taller y lugar de degustación. ¡Una maravilla, si como a nosotros, te pierde el chocolate! Álvaro y Pablo, los más pequeños del grupo, se sorprendían en cada sala, descubriendo todas las etapas de elaboración del producto. ¡Una auténtica inmersión en el universo del cacao! Los maestros artesanos de Cluizel llevan 70 años en Normandía transmitiendo sus secretos de generación en generación. Una exitosa historia familiar. Para conocer mejor la fábrica artesanal Cluizel, descubre la entrevista a Marc Cluizel, director de esta empresa familiar creada por Marc y Marcelle Cluizel en 1947, en Damville, en la provincia del Eure.

¿Cuál es el punto de diferencia de la fábrica Cluizel?

«A diferencia de lo que nos podemos imaginar, los chocolateros no fabrican su chocolate: lo compran en bruto, líquido. El trabajo de fabricación – que se elabora con granos de cacao, el fruto – es muy complejo. Tenemos una herramienta eficaz que nos permite hacer productos que nadie en el mundo es capaz de hacer. Nuestra especificidad radica en razonar de forma distinta: concebimos un producto manualmente, y luego realizamos todas las herramientas para fabricarlo: es un concepto inédito. Mi orgullo es que somos, actualmente, la única empresa familiar en el mundo que fabrica chocolate de alta gama para los profesionales. Todos nuestros compañeros de oficio son multinacionales cotizadas en bolsa y que no tienen la misma filosofía de trabajo.

En Damville tengo un gran equipo a mi lado, muchos jóvenes, pero también veteranos que disfrutan explicando su oficio y transmitiendo sus conocimientos».

¿Cómo han integrado las preocupaciones de los consumidores?

«La idea es que si compramos un chocolate más caro, considerado de alta gama, debe de justificarse. He lanzado una marca con el nombre de mi padre, Michel Cluizel, para explicar al consumidor de manera positiva lo que es un buen chocolate. Creamos en el 2000 un compromiso de calidad «ingredientes nobles» que certifica que el 100% de nuestros productos son sin OGM y sin una gota de aromas añadidos. Todos los sabores de nuestros chocolates son únicamente el fruto de la selección de las materias primas, gracias al trabajo en directo con los productores de cacao. Tenemos tiendas en las que damos clases de iniciación a la degustación del chocolate. También he creado un concepto de mostradores: hemos instalado chocolates Cluizel en tiendas de distribuidores independientes, tiendas gourmet, salones de té, pastelerías… que destacan nuestra diferencia».

¿Cuáles son vuestros proyectos?

«Hemos desarrollado la exportación, que representa, a día de hoy, un tercio de la cifra de negocio, pero mi objetivo es alcanzar el 50%. También hemos creado un museo en el 2000, en Damville, que necesita ser actualizado: trabajo en ello con grandes profesionales para convertirlo en un lugar interactivo innovador. Quiero también desarrollar la marca Michel Cluizel, que funciona bien. Y como estamos en un mundo de comunicación, colaboramos con Philippe Conticini, considerado como uno de los mejores reposteros del mundo. La idea es comercializar al público en general, bajo la gama «secrets de pro» (secretos de profesionales), los productos que destinamos a los profesionales, para que puedan hacer postres… ¡como los chefs!»

Los chocolates Cluizel en cifras:

• 1500 toneladas de chocolate fabricadas al año.
• Desde 2012, apertura de 5 tiendas en París, en lugares prestigiosos, dos tiendas en Nueva York, una en Bucarest y 5 mostradores en Francia. Los chocolates Cluizel están presentes en 50 países del mundo.
• 20 000 visitantes al año pasan por el museo de la fábrica Cluizel de Damville.
• 3 millones de euros de inversión para el futuro nuevo museo en Damville.

Entrevista realizada por Amélie Heurtaux