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Un viaje a Normandía supone visitar bonitos pueblos, pero también disfrutar de la naturaleza. Descubrimos un destino ideal para ir en familia. Los paisajes allí son preciosos, nos encantaron. Las escapaditas rurales que hicimos, además, nos vinieron fenomenal para cambiar de aires, desconectar, probar productos locales y para que… ¡los niños se asilvestraran un poco! Te contamos nuestras cinco experiencias normandas. ¡A ver si te gustan!

Las Marismas Vernier  

¡Esto sí que es un cambio de aires! Las Marismas Vernier son un extenso humedal protegido, situado en el parque regional de los meandros del Sena. Un terreno de juego perfecto para los niños. Pudimos hacer alguna ruta a pie, alquilar bicis y ¡hasta pasear a lomos de un burro! Los niños estaban emocionados con estos animales tan tiernos: «¡…si pudiéramos llevarnos uno a casa! ¡Mira qué monos!». Al final de la tarde, nos acercamos al faro de La Roque. Después de subir los peldaños de dos en dos, los niños nos esperaban arriba. A 50 metros de altura, el paisaje es increíble. El faro domina el estuario del río Sena y ofrece unas vistas panorámicas de Le Havre, Honfleur, los puentes de Normandía y de Tancarville. Llegamos justo antes de que se pusiera el sol. Esperamos un poco y vimos cómo el paisaje cambiaba de color poco a poco. No teníamos prisa por bajar del faro, estábamos como hipnotizados por el espectáculo que estábamos viendo. Un momento increíble que disfrutamos todos. 

Le Marais Vernier
Camping Risle Seine
27500 Toutainville
camping-risle-seine.com

Pont de Normandie
Pont de Normandie

Le Havre

Aunque pueda sorprender, la ciudad de Le Havre no podía faltar en nuestra selección de destinos verdes. Le Havre es una ciudad que mira al mar. Nos alojamos en un hotel respetuoso con el medio ambiente. Una experiencia muy bonita para todos. Nos encantó esta ciudad castigada por la Historia que supo recuperarse gracias a un arquitecto visionario, Auguste Perret. Hoy en día, clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO, Le Havre esconde auténticas sorpresas como la iglesia de Saint-Joseph. Al entrar en esta iglesia nos quedamos todos maravillados con el espectáculo de luces que penetran sus cristales de color. Pablo me comentó: «Nunca había visto esto en una iglesia. ¡Qué bonito!» 

Le Havre
Le Havre Normandie Tourisme

Nomad Hôtel
76600 Le Havre
nomad-hotels.com

Centre-ville du Havre
Le Havre

Granville

No es de extrañar que sea conocida como el Mónaco del norteGranville es un pueblo costero muy auténtico. Nos encantaron su puerto, su paseo marítimo y las preciosas mansiones que salpican sus alturas. ¡Un pequeño paraíso! Los niños lo pasaron de miedo bañándose en la piscina natural. En el mar observamos el magnífico archipiélago de Chausey y además estábamos muy cerca del valle del río Lude, en Carolles. Granville es una maravilla para desconectar y recargar pilas a orillas del mar. Un lugar para pasear sin prisa donde también hay cosas que visitar, como el museo Christian Dior y sus jardines. ¡Un descubrimiento! Nos pareció increíble poder visitar su casa de infancia y sus colecciones. ¡La madre de Álvaro y yo estábamos encantadas con la visita! ¡Íbamos a poder presumir de ello con nuestras amigas! Comimos en el restaurante Les Tables, que propone una comida sencilla basada en productos locales y de temporada. ¡Todo muy bueno! 

Hotel de la Baie
previthal.com/hotel/

Les Tables
bit.ly/Lestables

Le Cabestan
Le Cabestan.com

Promenade à Granville
Granville

La Suiza normanda

Estando en Caen decidimos hacer una escapadita en plena naturaleza. Nos habían comentado que recorriendo elitinerario para bicis de Vélo Francette llegaríamos a la Suiza normanda. Había que contar con unas 3 horas para hacerlo. Genial para pasar el día, así que alquilamos unas bicis y nos fuimos. Álvaro nos preguntó: «¿Por qué la llaman Suiza normanda?». Muy buena pregunta. Conforme nos íbamos adentrando en la zona, descubrimos unos paisajes con relieves boscosos parecidos a los valles suizos. Ya teníamos nuestra respuesta. Aquí los amantes de sensaciones fuertes están felices: kayak, vía ferrata, descenso en rappel o parapente, existen muchas opciones para pasarlo bien. A pesar de la insistencia de los niños, no teníamos tiempo para hacer ninguna actividad, ya que nos tocaba regresar a Caen. ¡Otra vez será! 

Gîte Lovey Nature
14570 Clécy-Le Vey
gite-normandie-clecy.fr

Camping Rochers des Parcs
14570 Clécy-Le Vey
camping-normandie-clecy.eu

Le Domaine du Golf de Clécy
14570 Clécy-Le Vey
Golf-de-clécy.com

Itinéraire de la Vélo Francette
La Vélo Francette

El Perche

Al llegar a la zona del Perche, nos dimos cuenta de que iba a ser la etapa más relajante de nuestro viaje. Dicen que su cielo es uno de los más puros de Francia, y me lo creo. ¡Seguro que se ven las estrellas de maravilla en este rincón de Normandía! ¡Qué sensación de libertad para los niños! Paseamos por frondosos bosques. Hacía mucho que no veía a mi hijo jugar con palos y piedras. Cuando Pablo le dijo a Álvaro, «¿Jugamos al pillapilla?», me emocionó. Este lugar tiene un efecto muy positivo sobre los peques, ¡acostumbrados a tanta pantalla! Pudimos también descubrir lo que llaman las brocantes, los mercados de segunda mano, un deporte nacional aún más practicado por aquí. ¡Qué divertido! Fue como una búsqueda del tesoro para todos. Estos mercaditos animan los pueblos en cuanto llega el buen tiempo. Los puestos de objetos de segunda mano eran de particulares, y todos nos parecieron muy amables. Fue un día precioso. Pudimos además parar en el pueblo de la Perrière, un precioso pueblo en el que se cruzan el camino de Santiago con el camino del Monte Saint-Michel. Muy cerca nos paramos en la capilla de Montligeon, otro lugar de peregrinaje que reúne a miles de fieles cada año. ¡Una maravilla!

La Maison d’Hector – Fin de semana botánico, micológico o yoga
lamaisondhector.fr

Le country lodge de longny les villages
country lodge-cabane

La Maison d'Hector
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