Conocida como la reina de las playas, Trouville es un pueblo costero con un encanto especial.
El encanto de la Belle Epoque
Pasear por las playas o por el puerto, salir a alta mar o caminar por sus callejuelas, entre el casino, los chalets, palacetes y hoteles… todo ello es un reflejo de las primeras horas de la Belle Époque, de cuando era el primer destino del veraneo de artistas como Flaubert o Boudin.
Trouville es también un lugar lleno de vida y de autenticidad que se dedicó, durante siglos, a la pesca de gambas grises, de caballa, de vieiras y de lenguado. A pesar de haberse puesto de moda gracias a los baños de mar, desde finales del siglo XIX ha mantenido presentes sus tradiciones y su mercado de pescado está considerado monumento histórico, todo un símbolo de una historia mirando al mar.
no te pierdas
El mercado de pescado y el puerto pesquero: un símbolo de la ciudad.
La playa y su paseo de madera: el paseo data de 1867 y se convierte en el primer paseo de la costa normanda.
El circuito de las paredes pintadas de Savignac y el Museo Villa Montebello: el famoso cartelero, muy unido a Trouville, marcó la ciudad con su estilo.
El Casino: Edificio de principios del siglo XX y símbolo de la ciudad.
El mercado de pescados está clasificado como monumento histórico desde 1992
Eventos
Septiembre: El festival « Off-courts » de Trouville (encuentro Francia/Québec sobre el cortometraje)
Septiembre: La trouvillaise, la carrera de las mujeres a orillas del mar con numerosas animaciones y enfocado en el bienestar.
Visitas que no te puedes perder
- Circuito de las paredes pintadas de Savignac
- Museo Villa Montebello
- El Casino
- El mercado de pescados