Nuestra primera etapa estuvo relacionada con la pintura, concretamente con el Impresionismo. Nos apasionan los museos y visitar [Giverny] fue como entrar en un lienzo. La casa de Monet y sus jardines son una maravilla. Nos comentaron que cambian las flores según la estación. ¡Nos encantaría volver en otra época para verlo! Para completar esta visita recorrimos el [Museo des Impressionnismes] (museo de los Impresionismos) que se encuentra en el mismo pueblo. Al irnos, Carmen me dijo emocionada: «¡Lo que hay en este pueblo es único!».
La ruta seguía hacia Rouen, donde pudimos visitar la catedral. Carmen tenía muchas ganas de verla por la serie de cuadros que Monet había pintado sobre ella. Me explicó: «Monet pintó la catedral desde el mismo sitio, a distintas horas del día para conseguir luces distintas. ¡Pintar fuera de los talleres ha sido una revolución para los impresionistas!». Disfrutamos de un paseo por las calles animadas de Rouen, visitamos el Gran Reloj y el Vieux-Marché. Esta ciudad nos impresionó por la riqueza de su patrimonio. ¡Realmente precioso!
La última etapa fue Lyons-la-Forêt, un bonito pueblo con hermosas casas de entramado de madera a tan solo 40 km de Rouen. Nos gustó mucho acabar el día en este lugar tranquilo donde pudimos tomar algo comentando lo que habíamos visto a lo largo del día.
Nos alojamos en Lyons-la-Fôret.