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¿Sólo tienes un día para descubrir Normandía? Si, como a nosotros te gusta la cultura y el patrimonio, te aconsejamos seguir una de estas tres rutas según tus preferencias: impresionismo, visita urbana o castillos. ¡Normandía tiene visitas para todos los gustos!

Ruta sobre los pasos de los impresionistas y el Castillo Gaillard

Esta ruta nos acercó a la cuna del Impresionismo y Les Andelys, uno de los lugares más fascinantes del valle del Sena.

Giverny, cuna del impresionismo

La primera etapa del día fue Giverny, en el corazón del impresionismo. Este encantador pueblo, que se extiende sobre la colina de Vernon, se hizo famoso después de que Claude Monet se instalara allí en 1883. Dedicamos tiempo a conocer la casa y el jardín de Claude Monet. Se trata de un lugar con mucho encanto cuyas flores cambian según las estaciones. «No me importaría volver en otra estación. Tiene que ser precioso verlo con otros colores. ¡Monet y su familia serían felices aquí!» me decía Carmen sentada en uno de los bancos del jardín. A continuación, pudimos visitar el Museo de los Impresionismos (Musée des Impressionnismes). Una etapa imprescindible si te gusta esta corriente artística. Se trata de un museo agradable y con unas colecciones muy interesantes. Las exposiciones temporales son increíbles.

Les Andelys y el Castillo Gaillard

Por la tarde, seguimos la ruta hasta Les Andelys y el Castillo Gaillard. ¡Esta parada me pareció fascinante! Este castillo fue concebido, diseñado y construido por el valiente Ricardo, duque de Normandía y rey ​​de Inglaterra, conocido como «Ricardo Corazón de León». Novecientos años después, el castillo Gaillard atestigua la existencia real de este personaje legendario. ¡Increíble testimonio de aquella época!

Ruta por Rouen y las abadías normandas

Desde Rouen, la capital histórica de Normandía, este recorrido nos acercó también a las abadías normandas a través de la ruta temática que está señalizada. ¡Fue un viaje precioso por la historia!

Rouen, la ciudad de los cien campanarios

Dedicamos la mañana a la visita de Rouen, ¡la Capital de Normandía nos encantó! La ciudad querida de Víctor Hugo conserva un patrimonio excepcional. Disfrutamos paseando por sus animadas calles. ¡Nos quedamos impresionados con sus hermosas fachadas de antiguas casas con entramado de madera, su plaza del mercado y el increíble Gran Reloj! Seguimos nuestra ruta hacia la catedral Notre-Dame que inspiró a Monet su serie de Catedrales. Una maravilla de la arquitectura gótica. «Una ciudad con mucha historia y que atraía a numerosos artistas. ¡Es increíble!»

Las abadías normandas

Por la tarde, cambiamos de escenario, alejándonos de la ciudad para explorar la ruta de las abadías normandas. ¡Qué paisaje y qué abadías! Descubrimos abadías románicas, cistercienses y benedictinas. Nos encantó particularmente la abadía de Saint-Georges-de-Boscherville al oeste de Rouen. Rodeada de unos preciosos jardines de estilo francés, el interior de la abadía nos pareció espectacular sobre todo su sala capitular con todas estas estatuas tan bien conservadas. ¡Un sitio muy especial!

Ruta entre castillo y abadías

¡Esta ruta nos ha transportado en el tiempo! Visitamos sin prisas el castillo del Champ de Bataille y sus jardines, así como la abadía de Notre-Dame du Bec en Le Bec Hellouin.

El castillo del Champ de Bataille y sus jardines

Como apasionado de historia y arquitectura, no me podía perder la visita del castillo del Champ de Bataille. Un elegante castillo del siglo XVII en el que el propietario supo reunir con gusto y pasión lo que la Revolución había diseminado. Impresionante, ¡la verdad! Sus preciosos jardines de estilo francés se extienden sobre 38 hectáreas. «¡Es como estar en Versalles!» me decía Carmen. Nos encantaron el murmullo de sus numerosas fuentes y estanques que nos relaja a lo largo del paseo. ¡Un recuerdo maravilloso!

La abadía de Le Bec-Hellouin

A continuación, nos acercamos a la abadía de Notre-Dame du Bec en el pueblo de Le Bec Hellouin. Este magnífico conjunto está ocupado todavía por unos monjes benedictinos famosos por su cerámica. La agradable visita nos permitió recorrer mil años de historia desde la iglesia hasta el claustro. ¡Cuántos secretos guardarán estas piedras! Después de la visita nos acercamos a la tienda y pudimos comprar unas mermeladas de recuerdo. Nos fuimos sin prisas hacia nuestro hotel después de este precioso día.