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De viaje por Normandía, me llamó mucho la atención la cantidad de abadías e iglesias que vimos. ¡Aquí el patrimonio religioso se remonta al siglo V! Maravillosos edificios que han desempeñado un papel predominante a lo largo de los siglos. Descubre lo que no te puedes perder si quieres explorar el patrimonio religioso normando.

1.

1er DÍA

Empezamos nuestra ruta de abadías con mucha ilusión. Estábamos deseando aprovechar este viaje para relajarnos y vivir cosas sencillas. Nuestra primera etapa fue la abadía de Valmont, una abadía fundada en el siglo XII que fue destruida por un incendio y luego remodelada en el siglo XVI. Un conjunto majestuoso que pudimos visitar. ¡850 años de historia grabados en la piedra!

La ruta seguía hacia Saint-Wandrille-Rançon, donde nos esperaba la abadía de Saint-Wandrille, un conjunto precioso de estilo carolingio. Nos entraron ganas de disfrutar de un retiro en pareja, pero no era posible en este viaje. ¡Teníamos tantas cosas que ver!

Última etapa del día, Le Bec-Hellouin, un pueblo normando con la denominación «pueblos más hermosos de Francia”. Aquí pudimos visitar la abadía de Le Bec-Hellouin, importante centro cultural y religioso durante la Edad Media, que sigue activa gracias a la comunidad de monjes benedictinos que todavía viven allí. Cuando visitamos la abadía se estaba celebrando una de las misas, así que decidimos quedarnos. Fue una experiencia impresionante y muy auténtica. Esa noche la pasamos en Le Bec-Hellouin.

1er DÍA
© Francis Cormon
2.

2° DÍA

Ese día pusimos rumbo a Juaye-Mondaye, a la abadía de Saint-Martin de Mondaye fundada en 1202. Sabíamos que actualmente vivía allí una comunidad de Canónigos Regulares Premonstratenses. Llegamos muy pronto y, como era de esperar, la abadía estaba tranquila. Disfrutamos mucho paseando por los jardines y visitando la iglesia. ¡Son maravillosos! Pasamos por la tienda y compramos unas galletas de coco y chocolate, las “Boutons d’or”. Nos sentamos para saborearlas en un banco frente al estanque de ranas. «¡Qué ricas! Voy a comprar más para llevarles a los niños!», dijo Carmen emocionada.

Nos pusimos en ruta hacia Valognes (unos 80 km) para visitar la abadía de Notre-Dame de Protection. En esta comunidad 30 hermanas viven según la regla de San Benito; allí la liturgia se celebra todos los días. Nos gustó mucho esta abadía, fue una parada muy bonita. Nos alojamos en el mismo pueblo de Valognes.

2° DÍA
Abbaye Saint Martin de Mondaye
3.

3er DÍA

Comenzamos esta tercera etapa saliendo hacia Bricquebec, donde visitamos la abadía de Notre-Dame de Grâce, fundada en 1824. Los monjes cistercienses reciben durante todo el año a personas que desean pasar unos días en silencio y meditar. Nosotros disfrutamos de la visita de la abadía y aprovechamos para comprar uno de sus patés artesanales “Les Charcuteries de la Trappe” para compartirlo con nuestros amigos.

Ha llegado el momento de dirigirnos a la etapa más emocionante del viaje, el Monte Saint-Michel y su abadía. La abadía ofrece un conjunto completo de la arquitectura medieval que va desde el siglo XI hasta el siglo XVI. Una visita imprescindible que acaba en el claustro, un lugar mágico con vistas al mar. «Sentémonos un rato y disfrutemos de las vistas. ¡Qué pasada!», me dijo Carmen. ¡Qué razón tenía! El espectáculo era maravilloso con la subida de la marea. ¡Qué suerte tuvimos! Estuvimos viendo cómo el agua volvía a rodear el Monte. ¡Impresionante! Doble suerte, porque además pudimos alojarnos en el Monte Saint-Michel.

3er DÍA
Abadía del Monte Saint-Michel © Valérie Joannon
4.

4° DÍA

Ese día salimos hacia Soligny-la-Trappe. La abadía de La Trappe es una abadía cisterciense fundada en 1140 que alberga a una comunidad de monjes cistercienses-trapenses que viven de acuerdo con el gobierno de San Benito. Otro lugar con alma que desprende tranquilidad. Fue una visita muy agradable y en su tienda compramos unos aceites esenciales que elaboran los religiosos. ¡Carmen no sabía ni qué elegir!

Nuestra última parada fue Lisieux, ciudad donde se puede admirar la maravillosa basílica dedicada a Santa Teresita de Lisieux. Durante esta visita leímos en una postal una cita suya: «La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al amor». Muy bonito, ¿no?

4° DÍA
La basílica de Lisieux © CRT Normandie

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