Visitar Le Havre es descubrir una gran ciudad que no se parece a ninguna otra. En julio de 2005, la UNESCO incluyó el centro reconstruido de Le Havre por Auguste Perret en la Lista del Patrimonio Mundial. ¡Esta ciudad atípica, decididamente moderna y junto al mar, bien podría sorprenderte…!
Una historia marítima y portuaria
En el siglo XIX, Le Havre se convierte en una gran ciudad industrial que incluye un puerto dedicado al intercambio de materias primas (algodón, café, especies, maderas exóticas…) y al transporte de pasajeros, con el desarrollo de los barcos transatlánticos.
Fruto de una historia marítima y portuaria profundamente anclada, el patrimonio de Le Havre relata una época urbana marcada por grandes arquitectos: Bellarmato, Thibault, Lamandé, Perret, Niemeyer, Reichen & Robert sin olvidar Jean Nouvel, Premio Pritzker 2008 (el premio de arquitectura más importante del mundo).
Una arquitectura epurada
Le Havre es la única ciudad cuya arquitectura moderna está clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO por su centro. Gran arquitecto del siglo XX, verdadero «poeta del hormigón», visionario, Perret consiguió dar una nueva cara a una ciudad muy dañada por la Segunda guerra mundial. Reinventó una ciudad única con una arquitectura depurada. Una arquitectura donde destaca la luz, esta misma luz, tan peculiar, que inspiró a Claude Monet Impresión Sol Naciente, pintado en Le Havre (más exactamente en Sainte-Adresse) en 1872. Un lienzo que dio su nombre al movimiento impresionista.
Honfleur y etretat, a solo unos kilómetros
Durante la semana o en temporada baja, cuando el lugar recupera su tranquilidad, le recomendamos visitar Étretat, que está a menos de 30 km de El Havre. Las formas insólitas de sus acantilados y su romántica playa no suelen dejar indiferente a quien las visita. Igualmente desde El Havre, cruzando el imponente Puente de Normandia, se encuentra Honfleur al otro lado del Sena, una ciudad medieval con un encanto increíble.